Después de un año de tramitación, se aprobó finalmente el 09 de Febrero del 2013 la polémica ley de Pesca, también conocida como la “LEY LONGUEIRA”, ley que se suponía se ajustaría a las necesidades del sector ante las nuevas variaciones que ha sufrido el mercado marino y que la antigua ley no cubría, pero que ha afectado directamente a los pescadores artesanales.
Por Matías Escobar M.
Es de todo conocido que durante el período de tramitación de esta ley el gremio de los pescadores artesanales se movilizó en contra de esta iniciativa del Gobierno que propició una gran concentración económica del negocio del mar en manos de 7 familias, reduciendo la intervención de los pescadores artesanales y obreros marítimos en la actividad de pesca. Estas familias fueron Angelini, Sarkis, Stengel, Cifuentes, Jiménez, Izquierdo y Cruz, las que se fusionaron en tres grandes conglomerados para controlar el 76% de la capacidad pesquera industrial del país y repartirse utilidades calculadas en uso 3 mil millones de dólares anuales.
A dos años de aprobada esta ley de pesca la realidad de esta actividad que forma parte de nuestra cultura se ha visto bastante mermada. Así lo manifiesta Waldo Rubio, pescador de Caleta el Membrillo, Valparaíso, cuando se le pregunta al respecto, y cuenta que al pasar todo el año prácticamente en veda gracias a esta ley del señor Longueira, trabajan cada seis meses, pescando un poco de Albacora y un poco del Bacalado, que es lo que les dejan las grandes empresas. “Si bien al conglomerado industrial también tienen veda, ellos pescan grandes cantidades. Tienen bodegas tremendas. La pesca de ellos es mucho más superior que la pesca nuestra. Se lleva todo, nos dejan las puras sobras, lo que queda no más”. Para Carlos Castro, también pescador artesanal y subsecretario de Caleta el Membrillo, su principal fuente de trabajo cada día está siendo más perjudicada y las autoridades no hacen nada, y ante su falta de preparación, su falta de estudios se les hace difícil pelear por sus derechos e imponerse, pero, como él dice “luchamos constantemente con esa situación”.
Para Miguel Ángel Hernández, presidente de la Federación Nueva Amanecer de la Quinta Región, que agrupa a casi todas las organizaciones de pescadores artesanales de la zona, esta ley de pesca lo que ha logrado en estos dos años posterior a su aprobación, es convertir la pesca artesanal en una actividad de sobrevivencia. “De las ocho pesquerías más importantes del país la mayoría están colapsadas. Queda únicamente la Jibia, que felizmente no quedó dentro de esta ley, es la única que está sobreviviendo en las caletas”.
El sufrimiento que ha estado viviendo este gremio dada la escasez de recursos, producto de esta ley Longueira, también la ha vivido la comunidad que se alimenta de estos recursos. Así lo manifiesta Miguel Ángel Hernández, quien dice que los recursos marinos no sólo son patrimonio de ellos, sino que de toda la comunidad. “Al haber poca pesca el producto marino sube”, algo evidente que se refleja claramente en las cartas de menú de los restoranes y en la lista de precios de las pescaderías y supermercados. Ya no hay merluzas, porque se las llevan los grandes barcos. Don Carlos Castro cuenta que se les da un poco de Bacalado y en el año no les queda más pesquería que hacer.
Pero los altos precios no solamente se deben a esta escasez de recursos, sino a los pagos adicionales que impuso la nueva ley de pesca, como el pago de romanas certificadas que ahora se les exige, el pago de patentes para poder tener embarcación y el pago mensual de aproximadamente $ 110.000 por el funcionamiento del posecionador con el que se controla la pesca, posesionador, como dice Carlos Castro “sólo le sirve a ellos…dicen que es para la seguridad de nosotros, pero eso es mentira. La seguridad la vemos entre nosotros mismos, tenemos todos los implementos de seguridad y más encima tenemos radios que se conectan con el satélite, pero además nos pusieron posesionador para puro cobrarlo. Es un pago adicional”.
Frente a todo esto que está ocurriendo y ante el poco interés que se observa en las autoridades por la situación que el gremio está viviendo día a día, las organizaciones tanto de la Quinta Región, como las de otras regiones, están pensando firmemente de endurecer su postura, ya que sus necesidades están llegando a los límites. Para Miguel Ángel Hernández “es imposible sobrevivir con los recursos que hay…. el gobierno de turno hace caso omiso de la necesidad de la pesca artesanal y la que dicta las pautas es la gran industria… Se ha producido un gran daño a la pesca artesanal”. Carlos Castro, al respecto señala que “si no hay resultados favorables se realizará un movimiento a nivel nacional, de todos los pecadores de Chile, de punta a punta se irá hasta la Moneda. Es la única manera de hacer entender acerca de la realidad que está sucediendo con la pesca artesanal. Se va a ir a la calle, a la lucha”. En el mes de Octubre se sostuvo un consejo de la Jibia y un consejo de la Pescada. Carlos Castro contó que en esa oportunidad “presentamos una carta ante la autoridad del Congreso y fuimos a una marcha pacífica, una marcha regional. No tuvimos ningún desmán. Fue una marcha pacífica desde Caleta Portales hasta el Congreso”.
Ante la posibilidad de que pudiera terminarse la pesca artesanal, Miguel Ángel Hernández cuenta que esta actividad ya ha pasado por varias crisis, como la causada por los cambios climáticos, pero ha sobrevivido, y lo va a seguir haciendo dice, porque “los pescadores se van a negar a desaparecer, va a resistir hasta el último para no perder nuestras tradiciones y nuestra cultura, pese a las distintas instancias de las autoridades y grupos económicos para hacer desaparecer esta actividad”.
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